domingo, 17 de octubre de 2010

¿Ser o no ser? Esa es la cuestión


Y la magia del “Ser o no ser” ha vuelto. Me ausenté una temporada por constantes giros en una cabeza sin conciencia, que al final parece demostrar el no aprender nada ante las experiencias, nada más que a temer a esos errores pasados. Quisiera cuestionarle a ésta mente el porqué de su comportar, pero sé que al final no sabría cómo responder o, simplemente, no lo haría por decisión propia, porque la mente propia se ha de bloquear en momentos tan críticos como éstos…

El recaer en un vicio, jamás ha sido para mi persona como bien visto, pero es que el recaer no significa más que ello… repetirlo. Y es que el ser humano no es más que una máquina compleja que repite una y otra vez esas ocasiones y acciones que, de alguna manera, se vuelven automáticas, aún en contra de nuestra voluntad, tanto física como mentalmente. Me parece que es una forma patética de vivir, aunque sea naturaleza… el recaer.

Recaemos no solo en el error, sino que en el sufrimiento y… ¿Es realmente necesario repetir? ¿De qué sirve ese vicio? ¿Por qué nos aferramos a que sea algo continuo a pesar de doler tanto?

Es que una mente sin conciencia lo ha perdido todo… ésta mente propia que no tiene ni por donde comenzar o terminar ha perdido más de lo que pudiese desear, querer… ésta mente si conciencia sufre cada vez más, ante cualquier detalle que le incline hacia un pasado en el cual se muestra otro error, porque en realidad nuestro pasado está lleno de errores, puesto que somos humanos y los errores se mantienen siempre presentes… Que torturo ¿no?

Un instinto masoquista, torpe e incoherente. Queremos eliminarlo de nuestro ser, sin embargo… se torna tan complicado que exaspera y para eliminar ese dañino y nuevo sentimiento causado por el cansancio del sufrir, caemos en una fuerte negación que no hace más que dañar a un pensamiento fuerte, dejándolo en la oscuridad de nuestras mentes, siendo olvidado lentamente.

Pero… ¿si no queremos olvidarlo? ¿Si no queremos negarlo?

Una lucha incontrolable, quizá, imposible de triunfar… de ello brotan tantas preguntas y confusiones, el querer buscar algo más para sí y el intentar realimentar a ese sentimiento se torna tan difícil que puede perderse la batalla con solo ese intento, pero una buena lucha podría hacer triunfador hasta al menos capaz… aunque al final las perlas saladas se derramen sobre sus mejillas.

Dolor… Tan sencillo de expresar, tan poco comprensible y tan molesto que podrías gritar, destrozar una garganta que te pareciera no sentirás. Intentar detenerlo es imposible, por el simple hecho de que, al triunfar, te encuentras con todos tus errores, todos tus males y los daños que te causas a ti mismo… Triunfar significa el sufrir aún más.

Entonces ¿La negación es la mejor salida? Quisiera decir que sí, pero el saber que no es así me ha de vencer y he de abrir los ojos para comprender que… si no se sufre, no se comprende y, si no se comprende, no se crece, no se madura como uno realmente quiere, necesita y debe.

Y si una lágrima corre, no significa que te has vuelto débil, no significa que tus propios males te han vencido, significa que has de comprender lo que causan todos ellos, que has de asimilar lo que haces y lo que debes abandonar, a pesar de saber… que por más que intentemos, un hábito ya es.

¡Pero queremos exterminarlo! Que ese maldito habito desaparezca de nuestro ser, sin embargo, es tan complicado el erradicar algo que ya forma parte de uno, sería casi como desmembrar eso de nuestro cuerpo… sería fatal.

“¿Ser o no ser?, esa es la cuestión”, Hamlet… explícate. ¿Hacer preguntas al azar debería mantener una coherencia? Quisiera saber… Ser es simplemente ser, vivir para hacer, vivir para sufrir y sufrir para vivir… masoquismo, quizá.

Simple vida ¿no será? Es difícil de comprender, una mente sin conciencia se encuentra hecha un embrollo y deja de comprender lo que llega a desarrollar, quisiera encontrar otra salido, pero… siendo ésta una magnífica forma de expresar, siendo un perfecto uso de cualidad, ¿por qué he de otra buscar?

El “¿Ser o no ser?” de Hamlet ha levantado un revuelo sorprendente, una de las obras de Shakespeare, excelente artista a un propio parecer… desquiciado, podría ser, pero… “¿Ser o no ser?”, esa… ¿es la cuestión?

Soy lo que soy, con errores y aciertos, aunque un error marcará ésta existencia a forma perpetua, con un sello imborrable, una carga pesada y una atadura a un corazón que solo busca un respiro a todo éste malestar…

Entonces, encontrar una luz… una luz que pueda despejar la más profunda oscuridad, que ni siquiera el mismo sol pudiese superar. Pero, ante esa imposibilidad… lo único que queda es ahogar, mantener todo ello con uno y esperar a cometer un error más, el cual pronto querrás descubrir, comprender y lamentar.

¿Qué es lo que hace el ser humano en estos momentos? Negar… al final, se convierten en una máscara y sufre de vergüenza a pesar de ser el único conocedor de aquello que antes sucedió. Por supuesto que prefiere sonreír, que prefiere asegurar que todo está bien a pesar de que esa herida se mantenga latente, abierta y próxima a ser mayormente abierta por sí mismo.

Se ha de convertir en una carga enorme, propio e imposible de compartir… pero es que es parte de una vida, es parte de un ser y el cómo mejorarlo y ser feliz… simplemente el mantener ese dolor te hace feliz.

¿Masoquismo? Por supuesto que no, es simplemente el hecho de poder sentir ese rasgo vital, el dolor no hace más que demostrar que nos mantenemos con vida, que somos seres vivientes con una meta final…

¿Ser o no ser? Soy yo, soy una cuestión y ser o no ser simplemente es una pregunta más que no me cuestiono yo.